“CABECEROS” MATAN AL FUTBOL

El fútbol peruano entró, ahora sí, en su hora más critica, en coma terminal. La decisión de los jugadores profesionales de no presentarse a los partidos de la primera fecha trajo consigo una serie de decisiones que afectarán al fútbol peruano. San Martín fue el primero, lo siguió la Vallejo y tres más van por el mismo camino. Abandonar todo y que el fútbol se desarrolle con los irresponsables. Todo por culpa de cinco clubes comandados por dirigentes acostumbrados siempre a meter cabeza, a estafar, a creerse “vivos”, a ser parte de la debacle del balompié nacional.

Alianza, Universitario, Sport Boys, Cienciano y Cobresol. Alarcón, Pacheco, Bozzo, Farfán y Murillo. Esos son los responsables que el campeonato se haya iniciado el sábado con juveniles. Esos son los responsables que los futbolistas paren y exijan lo justo. Esos son los responsables de mentirle a la gente, a los hinchas y a los mismos jugadores con sueldos que se sabía no iban a poder cumplir. Y ahora vienen a hacerse las victimas, a tratar de echarles la culpa a los verdaderos protagonistas del juego, cuando fueron ellos que con sus desatinadas decisiones y siempre viendo su conveniencia, mandaron por un tubo el desarrollo del torneo.

Irresponsabilidad para manejar las deudas, hace que seamos responsables directos de la debacle

Pero hablemos específicamente del Sport Boys. Club dirigido por Karla Bozzo. Dirigente ilegalmente electa en un cargo que a todas luces le quedó grande. El Boys junto a los otros clubes en mención, son los que en vez de negociar sus deudas, como todo deudor, quiso imponer una forma de pago, basándose en un artículo que fue aprobado por ellos mismos para pagar en 24 meses. Una burla. Una forma de volver a sacarle la vuelta a la ley. En pocas palabras y a lo chalaco, “una pendejada”.

Todo esto trajo consigo que el campeonato se manche, que el espectáculo se devalúe. La Agremiación no dio marcha atrás y siguió firme en su postura de hacerse respetar. Los clubes, en cambio, quisieron demostrar que ellos son los que mandan, que nadie es indispensable y acordaron iniciar el campeonato con jóvenes, dando a entender que el “berrinche” de los futbolistas no les importaba.

Chicos de la reserva no tienen la culpa. Fueron enviados al "guerrazo" y pusieron el pecho

El resultado de nuestra reserva queda para la anécdota. El problema ya dejó de ser deportivo, ya pasó a ser algo político y no parece haber solución. Los clubes serios tiran la toalla. Los clubes cumplidores, los que respetan el trabajo y a los futbolistas, ellos, de los que se debía aprender, se marchan, para que las lacras sigan viviendo del fútbol y matándolo cada día más.

Nadie le mandó a nuestra presidenta a pagar sueldos exorbitantes el año pasado. Regalar el poco dinero a jugadores que no lo merecían. Y más aun, a sabiendas que el dinero no iba a alcanzar. Y así pasó. En Mayo se acabó la plata. Pidió adelantos a la empresa de televisión sin ni siquiera medir las consecuencias que esto traería. Ni así tampoco alcanzó. Los cuatro meses de sueldos impagos demostraron que en su gestión no pudo generar ni un sol. Es cierto, se pagaron deudas atrasadas, pero también se formaron otras que el futuro no se iba a poder cancelar.

Con él no es. Se largó y dejó herido de muerte a nuestro fútbol

Hace tiempo que Boys dejó de ser una institución. Se ha convertido en un club de barrio, manejado por incompetentes y “chalequeado” por matones. Atrás quedaron las páginas gloriosas que marcan su historia. De eso solo queda el recuerdo. Ahora somos el fiel reflejo de la incapacidad, de la mentira, de la burla. Hasta ahora se esperan los balances del 2010 y 2011. Hasta ahora esperamos el presupuesto de este año, hasta ahora esperamos que respeten nuestro estatuto.

Hay tanto que decir, pero sería echarle más leña al fuego. Mientras tanto, la cabeza de todo esto, el jefe de jefes, el presidente de la FPF se largó a Suiza según él para dar parte a la FIFA de lo que está pasando. Y ni se inmutó en responder las interrogantes sobre el futuro del fútbol peruano.

Sin duda, esto ya llegó a un tope y no se ve solución. La ADFP no sabe lo que va a pasar, la Agremiación menos y los clubes, mejor no hablamos de ellos. La pelota se vuelve a manchar. Adiós fútbol, te vamos a extrañar.